1 de septiembre de 2014

El rol no hace al sujeto.

El individuo a lo largo de su vida, se amolda a distintos roles según las necesidades del entorno. Conocido cotidianamente como "facetas de la persona".

En ocasiones un rol predomina con mayor frecuencia que otros. Y es esa la imagen que proyectamos de nosotros mismo y que predomina a la vista de los demás. 

En otros casos, el sujeto adjudica una importancia tal, que llega a creer que el rol lo es todo, que si él, no es nada. Cuando en realidad es solo una "faceta" acorde a un contexto determinado. Es decir, en casa es "tío, hermano y/o padre" y dentro del ámbito laboral es "Médico, Abogado, Analista, etc.".

Ambas facetas coexisten, pero una de ellas posee mayor valor para el individuo. Pero ninguna lo definen como persona.

Es importante poder comprender la importancia que se le adjudica al rol en la vida cotidiana, porque en los casos en que sea demasiado exacerbado, puede derivar en estrés, conflictos internos, e incluso conflictos con las personas que lo rodean.

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