21 de octubre de 2014

¿Qué ven cuando nos ven?

Seguramente te ha pasado con las personas que tratás a diario que te han dicho algo como “No pensé que harías eso” o “No te veo en tal situación”.

Sucede que esas sentencias se realizan en función de la imagen que tienen construida sobre nosotros.

Cabe destacar que si bien es una imagen sesgada por quien observa (dado que cada uno ve y analiza desde sus preconceptos, experiencias, contexto y juicios de valor), no por ello debemos dejar de lado su punto de vista, pues esa perspectiva (feedback) que poseen las demás personas de nosotros está basada en la información que les damos (nuestras acciones, gestos, lo que decimos, etc.), y a partir de ello construyen su versión de nosotros.

Si al llegar todos los días al trabajo no saludás y te encerrás en tu oficina, es probable que crean que sos frío y antipático, y actuarán en consecuencia. Con lo cual esto puede derivar en trabas a la hora de generar vínculos con las demás personas.

Puede que realmente seas frío y antipático. ¿Y si no creés que seas así? En este caso es una actitud que requiere revisión ya que esa simple acción genera en tus allegados que mantengan una determinada distancia.

Somos responsables de lo que mostramos mediante nuestros actos, ya que de ellos se sirve nuestro entorno para construir dicha imagen.

Si bien tenemos patrones de conducta definidos, en cada ámbito en donde nos desarrollamos mostramos determinadas conductas dado el contexto. Estos roles sociales que desempeñamos son propios de cada ámbito y difícilmente podríamos replicarlos de igual modo en el trabajo, en la facultad y o el hogar.

Cuando esta visión que posee el resto no es coherente con lo que nosotros creemos ser, entramos en una especie de limbo, donde comenzamos a poner en duda nuestra conducta. 

Para evitarlo es clave que en todos los roles que desempeñemos podamos mostrarnos transparentes, claros, abiertos y francos. Si bien no siempre es posible, si partimos desde estos pilares podremos mejorar nuestra comunicación, nuestros vínculos y por ende mejoramos nuestro entorno.

15 de octubre de 2014

Visión: ¿Cómo te ves de acá a 5 años?

Muchas veces hemos oído esta clase de preguntas orientadas a pensar cómo nos veríamos en un futuro.

Desde un plano personal, podemos preguntarnos cómo nos vemos de acá al próximo año, cuando nos recibamos, cuando seamos mayores, etc.

La función es la misma: primero sembrar la semilla de la duda, luego realizar una introspección. 

Nos obliga a: definir qué es lo que queremos, si lo que hacemos hoy nos conduce hacia ello, si debemos redefinir nuestro camino, en fin: si estamos en sintonía con nuestro deseo-sueño-objetivo y nuestras acciones para alcanzarlo.

Es una de las herramientas más utilizadas en el Coaching para el logro de objetivos. Simplemente cierren sus ojos por unos segundos y pregúntense, ¿Cómo me veo dentro de “X” tiempo? Las visualizaciones son ejercicios muy prácticos cuando nos encontramos desorientados en cualquier aspecto que esté ocupando nuestros pensamientos.

Cuando hay más personas involucradas, ya sean compañeros de la facultad o del trabajo, un socio, un equipo de fútbol, o simplemente tu pareja, cada uno posee su propia visión como integrante del grupo, pero a su vez, en su conjunto tienen una visión común, una Visión Compartida:

  • Aprobar un Trabajo Práctico.
  • Ser el equipo ganador de la temporada.
  • Expandir el negocio a otras localidades.
  • Ir a vivir juntos.
Parece un tema poco relevante, pero ¿Qué sucede si uno de los integrantes no está en sintonía con la visión grupal? ¿Si no sabe hacia dónde van? ¿Si no siente que no hay un fin claro?

La visión no es un tema menor, aunque a simple vista no parezca que tenga importancia, es uno de los pilares que da fundamento a las acciones que llevamos adelante en el día a día. Tan importante es que el ámbito organizacional sería la carta de presentación, seguramente han visto que empresas y diferentes organizaciones se presentan al público definiendo su Historia, Misión y Visión.

La visión es una proyección que hacemos a futuro y que establece una dirección, sobre la cual establecemos nuestros objetivos.

De nada sirve hacer lo que hacemos, si no tenemos en claro hacia dónde vamos. Por eso, es muy importante preguntarnos ¿Hacia dónde vamos?.

En aquellos casos donde se posee gente a cargo, es imprescindible dejarlo en claro, que sea visible y comunicarlo con frecuencia. La conciencia de una visión compartida genera sentido de unidad, sentimiento de pertenencia y motivación. 

9 de octubre de 2014

Zona de Confort: ¿Qué hay más allá?

Si tomáramos una foto de nosotros mismo hoy, en nuestra vida cotidiana, podríamos observar dónde estamos situados en cada aspecto de nuestra vida: trabajo, amor, amigos, familia, etc.

Esta foto representaría nuestra “Zona de Confort”, un entorno que dominamos y que conocemos a la perfección.

Constantemente nos encontramos con situaciones que ponen en juego nuestra estabilidad, pero no hay que temer, somos seres cambiantes, en un entorno cambiante.

En este punto nace la “Zona de Aprendizaje” que nos permite ir un poco más allá de nuestra burbuja ya conocida y nos ofrece una nueva visión del mundo, viajar, conocer otras culturas. Aquí se observa, compara, aprende y descubre. Aquí se gesta el cambio.

Entre una zona y otra, obviamente surgen interrogantes y miedos. Es lógico temer a aquello que no es conocido, tener miedo a perder. Somos humanos, no lo sabemos todo, el miedo es natural, propio del ser. Debemos aprender a trabajar sobre ello para que deje de ser un obstáculo y se convierta en una herramienta que nos permita seguir adelante.

Cambiar no significa perder lo que tenías, sino añadir experiencia. Así es como evolucionamos: aprendiendo y construyendo en pos de un mejor futuro siendo perseverante y positivo.

Les dejo un video motivacional que explica con más detalle estos conceptos.